¿A qué edad aprenden los sonidos los infantes?

 

Sabemos que los primeros años de vida son claves en el desarrollo de muchos de los aprendizajes, y uno de ellos es la adquisición y organización de los sonidos del habla.

El habla es uno de los aspectos que más preocupan a muchas familias, ya que a veces puede costar entender lo que los infantes intentan transmitirnos, y eso puede causar cierta ansiedad y malestar.


“El lenguaje oral es el medio principal que tenemos los seres humanos para comunicarnos.”


Empecemos por el principio: ¿Qué es el habla?

Según nuestras logopedas, entendemos como el habla el repertorio de sonidos articulados que forman nuestra lengua, es decir, los fonemas.

Cuando empiezan a desarrollar el habla, los infantes van organizando poco a poco su repertorio. Esto es lo que les permite desarrollar el lenguaje, hablar y adquirir unas habilidades lingüísticas cada vez más complejas.

Los sonidos de nuestro repertorio de habla se desarrollan mayoritariamente entre los dos y los cinco años y su aprendizaje es un proceso dividido en seis etapas. Son estas:

– Primera etapa: En torno a los dos años, se desarrollan las cinco vocales de nuestro repertorio de habla (a, e, i, o, u) y sus posibles combinaciones vocálicas (ae, io, ei, ou, etc.)

Segunda etapa: En torno a los tres años aparecen las primeras consonantes orales (p, t, k) y las primeras nasales (m, n). Esta es la etapa en la que aparecen las primeras producciones infantiles como “papa”, “tete”, “caca”, “mamá”, “nene”.

– Tercera etapa: En torno a los tres años y medio aparecen nuevos sonidos consonánticos. Son sonidos sonoros que implican la vibración de los pliegues vocales (b, d, g). Aparecen así palabras como “bebé”, “dedo” o “gato”.

– Cuarta etapa: En torno a los cuatro años aparecen los sonidos que implican un cierto control del aire en su paso por la boca (f, s, z, x). Aparecen así el “sí” en vez del “ti” y el “foca” en vez del poca.

– Quinta etapa: En torno a los cuatro años y medio aparecen los sonidos relacionados con la ele (l, ll y grupos consonánticos). Dentro de este grupo podemos encontrar las combinaciones pl, bl, fl, gl y cl.

– Sexta etapa: En torno a los cinco años y medio aparecen los últimos sonidos relacionados con la erre (r, rr y grupos consonánticos). Dentro de este grupo encontramos las combinaciones pr, br, fr, dr, tr, gr, y cr. Finalmente, la erre múltiple implicará una nueva característica completamente diferente de los sonidos anteriores, la vibración de la punta de la lengua.

Durante este proceso es necesario que los adultos les ofrezcamos un modelo de habla correcto y fomentemos intercambios comunicativos con ellos para poder proporcionarles los estímulos necesarios y que ellos los integren.

Para poder conseguirlo, es importante respetar los ritmos de cada infante y llevar a cabo estrategias que les faciliten el proceso y les den información para modificar su patrón inicial y ganar habilidades motrices. De esta manera podrán aprender a articular correctamente cada fonema.

“La retroalimentación auditiva es esencial para poder identificar y corregir los errores que se producen.”

Hay algunas estrategias que podéis utilizar en vuestro día a día para fomentar una organización correcta del patrón fonológico de los infantes y estimular el desarrollo del lenguaje desde casa. Os los explicamos:

  • Realizad correcciones implícitas, repitiendo las palabras que los infantes evocan mal y dando el modelo correcto.
  • Marcad de forma clara los sonidos del habla que queréis potenciar, alargando el fonema en el que detectéis más dificultad.
  • No forcéis a repetir, ya que esto podría frustrar al infante y provocarle un rechazo o poco interés en la interacción.
  • Dadle importancia a lo que dice y no a cómo lo dice.
  • Trabajad mucho el modelo a partir del juego.
  • Jugad a la imitación, aprovechando para realizar el punto de articulación correcto de los sonidos del habla y ofreciendo soporte visual.

Debemos tener presente que las personas de referencia de los más pequeños juegan un papel clave en todos los aspectos de su desarrollo. Por eso es necesario compartir momentos y ofrecer espacios a los infantes para que se expresen dando importancia a lo que nos quieren transmitir.

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