La salud mental y emocional de los infantes de menos de dos años

Existe evidencia de que el periodo de los 0 a los 3 años es clave para el desarrollo infantil, porque durante los primeros años de vida se estructuran las bases fundamentales de las personas, como el lenguaje, los hábitos y habilidades sociales, las capacidades cognitivas y el buen desarrollo emocional o la salud mental.

En estas edades se estructuran elementos esenciales para la salud que, posteriormente, tienen una gran influencia en la vida adulta. Es por eso que ofrecer a todos los niños y niñas un buen comienzo en la vida supone un elemento clave en la mejora del desarrollo personal, educativo y social a lo largo de toda la vida.

Hay diferentes áreas que resultan esenciales para poder asegurar que los niños y niñas tienen un buen comienzo en la vida. Son estas:

  • La alimentación
  • El sueño y el descanso
  • La actividad motriz y el juego
  • El vínculo y la gestión de las emociones
  • Las palabras y las relaciones afectivas

Normalmente, hablar con el personal sanitario o educativo sobre la alimentación, el sueño u otros aspectos de crianza es fácil; pero cuando se trata de aspectos emocionales y de la salud mental de los más pequeños, a pesar de que es necesario, puede ser algo más complicado.

Las emociones son básicas para nuestro funcionamiento y supervivencia, puesto que nos aportan información útil y nos ayudan a adaptarnos a nuestro medio. Además, las emociones son innatas, pero no nacemos entendiéndolas ni sabiendo gestionarlas. Es por eso, que es importante acompañar a los niños en su educación emocional, un proceso que se llevará a cabo a lo largo de toda su vida.

Rafael Bisquerra es licenciado en Pedagogía y Psicología, doctor en Ciencias de la Educación y presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB). A la hora de establecer las competencias emocionales, Bisquerra propone un modelo pentagonal según el cual existen 5 competencias emocionales:

  • Conciencia emocional: Cuando somos capaces de reconocer nuestras propias emociones y las de los demás.
  • Regulación emocional: Cuando somos capaces de dar una respuesta apropiada a lo que estamos sintiendo.
  • Autonomía emocional: Cuando somos capaces de mantener un equilibrio frente a los estímulos negativos del entorno.
  • Habilidades interpersonales: Cuando ejercitamos actitudes que ayudan a crear un clima social favorable.
  • Competencias por la vida y el bienestar personal y social: Mediante el uso de habilidades y actitudes positivas que ayudan a construir el bienestar personal y social.

Hasta aquí, todo bien. El problema viene cuando una emoción tiene una intensidad, duración o frecuencia por encima de lo que consideramos normal.

¿Cómo podemos fomentar la salud mental y emocional de los niños más pequeños?

Os dejamos algunos consejos para hacerlo:

  • Tejed vínculos afectivos sanos, protectores y estables.
  • Poned palabras a las emociones que puede estar sintiendo el niño o niña para ayudarle a entender lo que experimenta y poder regularse mejor.
  • Estructurad la vida familiar con rutinas. Anticipad aquello que haréis o qué le pasará al niño. Desde las cosas más cotidianas, como puede ser ir a la escuela infantil, hasta las más complejas, como puede ser ir al pediatra.
  • Ofrecedles oportunidades para fomentar la curiosidad, la estimulación, apoyo y oportunidades de aprendizaje.
  • Compartid actividades y disfrutad de tiempo de calidad en familia.
  • Asegurad un ambiente familiar libre de violencia física, verbal y emocional.

La base de TreaSureFamily App son las expertas en pequeña infancia que ponen su conocimiento y su experiencia a disposición de las familias. Por eso, si el desarrollo emocional de vuestros hijos e hijas pequeños es una de vuestras preocupaciones, recordad que en la app podréis encontrar actividades diseñadas especialmente para trabajarlo en cada etapa evolutiva, además de talleres y acceso a consultas con nuestras terapeutas, entre muchos otros recursos.