Cómo y cuándo tiene que empezar a andar mi bebé

Esta es una de las preguntas más frecuentes entre las familias cuando los bebés ya empiezan a adquirir muchas habilidades motrices, pero parece que les cuesta conseguir una marcha autónoma.

Es importante tener en cuenta que primero tenemos que velar para lograr los hitos del desarrollo previos a este aprendizaje tan complejo. Y uno de los más importantes es conseguir la capacidad de mantenerse sentado de forma autónoma, que se logra entre los 6 y 9 meses de edad.

“Es muy importante no ponerles sentados ni de pie antes de ser capaces de aguantarse por sí mismos”

Para poder llegar hasta aquí, los bebés han tenido que estar muchos ratos jugando en el suelo, girándose, boca abajo o de rodillas. De este modo, han ido ganando fuerza en la espalda y los extensores de la cadera a partir del movimiento libre, y preparándose para posteriores aprendizajes, como la marcha.

Por lo tanto, antes de iniciar la marcha, los bebés deben que tener la posibilidad de moverse libremente por el suelo en un espacio seguro y practicar los diferentes cambios posturales.

Una vez ya han conseguido y fijado estas habilidades, empiezan a prepararse para adquirir la marcha y dar sus primeros pasos. Estos se inician entre los 12 y los 15 meses de edad, a pesar de que hasta los 18 meses se considera dentro de la normalidad.

Tal y como hemos comentado anteriormente, es necesario haber logrado un buen equilibrio, fuerza muscular y control del cuerpo, así como unas buenas reacciones de protección para ponerse de pie una vez caen al suelo.

En un inicio, será una marcha inestable y necesitarán caer y volver a levantarse varias veces, pero cada vez irán adquiriendo más habilidad y podrán empezar a sostener objetos con sus manos, agacharse y hacer otras acciones antes de continuar andando.

“Supone un gran salto evolutivo y mejora en su desarrollo físico, cognitivo, social y emocional”

Para ayudarles a conseguir este gran hito, os dejamos algunos consejos y orientaciones para acompañarles en sus primeros pasos:

  • Permitid su propia curiosidad: No forcéis ni pidáis que se pongan de pie, permitid su espacio y tiempo porque sean ellos quienes decidan cuándo se sienten preparados para hacerlo. Observad y mostrad confianza.
  • Ofreced tiempo y espacio para practicar: Tal y como hemos comentado, los niños y niñas necesitan práctica y haber adquirido diferentes habilidades antes de adquirir la marcha. Permitid esta práctica y que puedan caer para volverse a levantarse.
  • Respetad el tiempo y espera necesarios: Recordad que cada criatura tiene su ritmo y hay que respetarlo.
  • Evitad actuar y anticiparos: A pesar de que a veces sea difícil, hay que acompañar desde la observación y evitar actuar. Cada pequeña acción es un aprendizaje valioso para ellos y es necesario que pongan en juego sus recursos con la confianza de saber que estáis a su lado.
  • Haced uso de calzado respetuoso.

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