La alimentación en la primera infancia: ¿qué hay que saber?

Es común que en las primeras etapas de la vida de una criatura surja la preocupación de las familias por su alimentación, puesto que es habitual que los niños transiten temporadas donde tienen preferencias por determinados alimentos o reticencia para ingerir otros. 

Es importante saber que, en general, es una situación transitoria. A pesar de esto, hay que estar atentos y consultar un especialista si acaba convirtiéndose en un problema de salud.

Una buena alimentación es vital en los primeros años de vida, puesto que es la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social de los niños. Durante la infancia, se crean muchas conexiones neuronales y se establecen muchos aprendizajes, y por eso es muy importante iniciar con una alimentación saludable e instaurar unos buenos hábitos alimentarios. 

Para empezar esta etapa, se tiene que tener en cuenta que los niños están descubriendo un mundo nuevo y necesitan tiempo y confianza. Es importante que establezcan una buena relación con la alimentación y experimenten libremente para poder ir integrando y reconociendo.

“Es esencial que los niños disfruten comiendo, resultando una experiencia positiva y agradable”

Para poder entender mejor este proceso, hay que conocer las diferentes etapas por las qu tendrán que transitar, y nosotros acompañar, de la mejor manera posible:

  • De los 0 a los 6 meses: Fase de lactancia exclusiva.
  • De los 6 a los 12 meses de edad: Fase transicional. Los niños inician la alimentación complementaria, en la que continuarán satisfaciendo las necesidades nutricionales mediante la lactancia y empezarán a crear unos hábitos alimentarios saludables. Alrededor de los 7-9 meses, ya empezarán a realizar una masticación rítmica. 
  • A partir de los 13 meses hasta los 24 meses: Ya se observa una masticación bastante madura y consolidan su gusto a probar nuevos sabores y texturas, mostrando sus preferencias.

Durante todo este proceso conviene ampliar al máximo y de forma progresiva la variedad de alimentos y su repertorio de texturas y formatos. Así como fomentar la autoalimentación, coincidiendo con el desarrollo de su agilidad manual y de coordinación.

Cómo hemos dicho, hay que incrementar gradualmente su repertorio de alimentos, pero siempre teniendo en cuenta unas limitaciones y evitar ciertos alimentos o presentaciones. Os recomendamos consultar guías de alimentos, cocciones óptimas y características de forma y medida de los cortes de alimentos sólidos.

Como medida preventiva de asfixias es importante no introducir:

Dobles texturas con hueso como olivas y uva.

Texturas pegajosas como las golosinas.

Texturas sólidas de difícil masticación como frutos secos.

Texturas con fragmentos como las palomitas.

Otro de los aspectos que es importante tener en cuenta, es como aproximamos y presentamos los alimentos. Cuando pensamos a introducir un nuevo alimento siempre pensamos directamente en el gusto dentro de la boca, pero realmente hay muchos aspectos previos, como los otros sentidos, que también se tienen que valorar y observar:

Audición: Es relevante ver si el niño puede oír hablar de cierto alimento o incluso oír que adultos u otros niños comen ese alimento. En caso de dificultad, sería importante jugar con este primer nivel auditivo de anticipación.

– Vista: Hará falta también estar atentos a si puede ver este alimento a cierta distancia, en plato o incluso ver que otras personas lo comen.

Tacto: Observar si es capaz de tocar el alimento con los dedos o las manos, con los pies o incluso aproximárselo a la cara y mancharse. Es importante poder explorar y manipular mediante el sentido táctil.

Olfato: Hay que presentar el olor antes de alimentar directamente, hay que tener presente que la nariz está muy cerca de la zona de la boca y es un paso previo imprescindible.

Gusto: Finalmente, es importante ver si puede morder, chupar, saborear e ingerir aquel alimento. Podemos iniciar con pequeñas proporciones para, gradualmente, ir aumentando la cantidad.

“Comer es el reto sensorial más complejo en el ser humano”

Para poder prevenir posibles dificultades y ayudar a los más pequeños en esta etapa que empiezan, os damos a continuación algunas recomendaciones que os pueden ser útiles:

– Ofrecer cantidades adecuadas: Es mejor poner cantidades pequeñas, sobre todo si se trata de nuevos alimentos.

– Ofrecer repetidamente los alimentos nuevos: A veces hay que ofrecer en alimento entre 8 y 15 veces para que lo acepten, siempre en pequeñas cantidades y sin forzar.

Mostrar una actitud positiva hacia la comida: Evitad presionar ni castigar, es importante entender que es un proceso y, por lo tanto, necesita tiempo.

Dar ejemplo y ser un modelo: Si los niños ven a los adultos comer sano y probar nuevos alimentos, es probable que ellos también lo quieran hacer.

– Comer en familia y el mismo menú: Haced de las comidas un momento de encuentro familiar, con un ambiente distendido y agradable.

– Permitir escoger: Dejáis que os acompañen a la compra, expresar y escoger algunos alimentos o decidir cuál será la fruta de los postres.

Evitar comer entre horas.

Dejar que ayuden en el momento de la preparación: Hacer partícipes a los niños a la cocina permite que se aproximen a los alimentos. Además, aceptarán mejor la comida que han preparado ellos mismos.

Cómo veis, el tema de la alimentación es muy amplio y hay muchos aspectos a tener en cuenta, que es importante conocer y saber acompañar.

En TreaSureFamily App, encontraréis muchas más recomendaciones, propuestas y artículos con información valiosa a tener en cuenta durante las primeras etapas de introducción a la alimentación. Así como talleres impartidos por expertas en el desarrollo en los que profundizan mucho más en el tema para que los padres y madres de los más pequeños tengáis las herramientas y conocimientos necesarios, pudiendo resolver vuestras posibles dudas. 

Recordáis que si lo necesitáis, también disponéis de la opción de contactar con uno de nuestros expertos para realizar una consulta y acompañamiento individual.